viernes, 4 de septiembre de 2015

Ant-Man, cambio de rumbo para seguir igual.


Llevamos ya 11 películas seguidas del universo cinematográfico de Marvel. Ya sabemos que esperar, y sabemos que el estudio nos tiene pillada la medida. Hacen cine para entretener. Ese es su objetivo, y lo consiguen. Un poco de humor, acción, el drama en segundo plano que no moleste pero que esté, efectos molones, otro poquito de humor, y mas acción. Vale, nos han calado.

Y pese a todo según comienza Ant-Man, cuando todavía estamos viendo el logo de Marvel y acomodandonos en nuestra butaca, nos descolocan.
¿Y esos ritmos latinos de fondo? ... pero que coj...
Mira, ahí está Hank Pym. Hala, que violento el tío.
¿Y ese es el prota?, el que acaba de salir de la cárcel y no consigue trabajo y es un descastado y...

Para, rebobina. ¿Que estamos viendo?
No, en serio, ¿que demonios estamos viendo?

El prota es Scott Lang. No es un dios de mitológicas proporciones. Ni un científico genial. Ni otro científico genial. Ni un patriota espectacular. No. Es un ladrón que ha terminado en la cárcel y ha perdido la custodia de su hija. Y sus "amigos" son los estereotipos ladrones de tercera regional: el chicano, el negro y el latino.

Mas música salsera. Mas humor absurdo. Y nos terminan de dejar claro que Ant-Man no es Los Vengadores. El drama aquí es diferente, y los retos no tienen nada que ver.

Scott es utilizado por Hank Pym, puesto ha prueba, y en cierta medida chantajeado para ayudarle en sus fines.

La primera vez que vemos al "heroe" con su traje es una "epica" escena en una ducha mugrienta.
Las escenas de su entrenamiento siguen esta dinamica. Y los enfrentamientos. Y, por supuesto, el final.

Ant-Man utiliza el humor como lo manejaban Los Guardianes de la Galaxia. Llegando casi al absurdo. Casi por parte de Scott, claro, porque sus estereotipados compañeros si se encargan de ese punto de humor absurdo que en cualquier otro momento no vendría a cuento, pero en esta pelicula le encaja como un traje a medida.

Todo esto permite que la clasica historia de presentación del héroe y su viaje iniciatico sean mucho mas llevaderos.

Nos cuentan la historia de Hank, como fué un heroe en los 80 y como murió Janet (la Avispa, su esposa), alternando todo el dramón con mas humor.
Nos muestran como Scott aprende a manejar el traje y a trabajar con las hormigas - ¡que grandes las hormigas! - sin aburrirnos por el camino, pero tampoco haciendo que el heroe quede como un payaso estúpido, mas bien todo lo contrario. Scott no es un héroe perfecto, ningún héroe de Marvel lo es, pero en este caso en lugar de ver la imperfección del modelo perfecto nos descubren el diamante escondido entre el carbón.

Ant-Man juega a otra escala, y lo dejan muy claro desde el principio.
Al igual que Guardianes de la Galaxia la banda sonora es todo un acierto. Si, pilla por sorpresa y te deja con el gesto torcido, pero cuando terminas no te imaginas esa película con otro tipo de música.


Podrían haber usado a Hank Pym, desde luego, al fin y al cabo es uno de los Vengadores originales (y la Avispa tambien). Pero realmente no pega para nada.
Teniendo a Iron Man, Thor y Hulk ¿para que necesitamos a un par de tipos que se hacen pequeños y hablan con las hormigas?. Realmente para nada.
Por no contar con que Hank Pym seria otro listillo mas en el grupo.

No, los poderes de Ant-Man no pegan en ese grupo de Vengadores, y por suerte no lo metieron en la formación inicial.
Sin embargo, comenzando aparte, y cambiando a Hank por Scott la cosa cambia completamente.
Ahora ya tenemos un universo superheroico en marcha y Ant-Man nos presenta un contrapunto con un héroe de otro tipo que se enfrenta a amenazas de otra naturaleza.
Aparte de que en su propia película si puede brillar su capacidad para interactuar con las hormigas.

Cada heroe tiene su momento y su lugar. Y desde luego que han acertado con la presentación de Ant-Man.

¿Lo unico a lamentar?
Que no hayamos tenido mas Avispa >.<

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